«Conversations in Solitude» nace en el preciso instante en que el corazón del mundo fue víctima de un colapso cardíaco consecuencia del Covid-19.

Durante tres meses su latido apenas si podía ser escuchado. Parecía imposible sacarlo a flote. Desde todos los rincones del mundo llegaban noticias. Seria imposible devolver al mundo a su estado anterior. Su corazón quedaría dañado de por vida. Lo más que se podía hacer era proporcionarle una, llamémosle, «nueva normalidad», decidió alguna cabeza pensante. «A base de repetirlo acabarán integrándolo», pensó el pensante.

Y la vida sigue como si nada hubiera sucedido. Cuan frágil la memoria.

La oscuridad de estas imágenes es fruto de la aplastante soledad e incomunicación en la que nos vimos inmersos durante aquellos tres meses. La escasa luz que una podía ver por aquellos días, se sentía como esa mano imaginaria que ayudaba a sentirse unida a la vida, que proporcionaba algo de aliento, ese mínimo para confiar en que sobreviviríamos a semejante caos.